Con este manifiesto se pretendía consensuar una definición de qué es una Ciudad Educadora y sugerir ámbitos y líneas de actuación comunes.

Este mes la Carta cumple 25 años. Durante este largo recorrido además de estimular un proceso amplio y democrático de debate, propuestas y movilización en el ámbito local, la Carta ha generado un diálogo internacional entorno a su contenido conceptual y muy especialmente en torno a las estrategias necesarias para su adopción y promoción.

La Carta de Ciudades Educadoras invita a las ciudades a situar la educación en el centro de sus políticas y a articular los esfuerzos de todos los agentes educativos –públicos, sociales y privados- que inciden en el territorio para integrar todas las oportunidades de educación formal, no formal e informal que se dan en la ciudad, a partir del diálogo y la colaboración.

El tiempo nos confiere la posibilidad de cambio, y a lo largo de estos 25 años el mundo y nuestras ciudades han cambiado y con ellos nosotros.

El mundo se ha ido configurando como eminentemente urbano y las ciudades, por su legitimidad, representatividad, flexibilidad y capacidad de adaptación, se han consolidado como el nivel administrativo más próximo y eficaz para resolver los problemas de la ciudadanía. Paralelamente, han proliferado las redes para compartir información y conocimientos. En este contexto, las Ciudades Educadoras se han dotado de la AICE, instancia que les permite desarrollar relaciones de complementariedad con otras ciudades, intercambiar experiencias y criterios, y analizar cuestiones y problemas comunes, a la vez que les confiere una tribuna y un reconocimiento internacional que refuerza el trabajo local.

Hoy resulta impensable creer que los conocimientos iniciales adquiridos durante la infancia y la juventud bastan para toda la vida, ya que la rápida evolución del mundo exige una actualización permanente del saber. Ello nos motiva a las ciudades comprometidas con la Carta de Ciudades Educadoras a seguir trabajando en pro de una educación de calidad, inclusiva y equitativa y a seguir promoviendo oportunidades de aprendizaje permanente para todos y todas a lo largo de la vida.

¡Muchas felicidades por el camino recorrido y muchos ánimos para seguir avanzando!

Marina Canals
Secretaria General de la AICE