Manifestamos nuestro compromiso con los objetivos de desarrollo sostenible y, concretamente trabajamos para garantizar una educación inclusiva y de calidad para todas y todos y a lo largo de la vida, como motor de desarrollo personal y colectivo y de transformación urbana a favor de unas ciudades más justas, solidarias e interculturales. Ciudades donde todas las personas gocen de plena igualdad y sean capaces de dialogar y convivir desde el respeto a las diferencias.
Hoy en día, podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que la educación atraviesa los muros de la escuela y se extiende a toda la ciudad, impregnando sus barrios, espacios públicos e instituciones. Pero constatamos objetivamente que en las ciudades persisten aún numerosos fenómenos y factores deseducadores.
Conscientes de estos desafíos y retos a los que nos enfrentamos, nos comprometemos con convicción y voluntad a contrarrestar estos fenómenos regresivos, proponiendo un modelo político de ciudad que sitúa a las personas en el centro de nuestras prioridades y que, partiendo de la educación, da coherencia, dinamismo y sentido a nuestra acción, como herramienta de transformación social, de cohesión y de respeto mutuo.
Las ciudades educadoras trabajamos para que la educación sea eje transversal de todas las políticas locales, tomando conciencia y reforzando el potencial educador de las actuaciones y programas de salud, ambiente, urbanismo, movilidad, cultura, deporte…
Trabajamos, por tanto, para democratizar el acceso a todos los bienes de la ciudad, para que cada uno de sus espacios sea fuente de educación, y para que toda persona pueda vivir, disfrutar y emanciparse, aprovechando al máximo las oportunidades que la ciudad ofrece para alcanzar sus expectativas con una actitud cívica y democrática. Una ciudad respetuosa con el medio ambiente y que dialoga con las ciudades y áreas rurales que le rodean.
Apostamos por una democracia participativa sumando las propuestas y el esfuerzo de la sociedad civil por construir juntos ciudades mejores, que no dejen a nadie al margen. Para lograr este objetivo ambicioso, nos comprometemos con la educación ciudadana y con el establecimiento de los mecanismos necesarios para elaborar, implementar y evaluar las políticas públicas contando con la participación de una ciudadanía activa, dotada de espíritu crítico, comprometida y corresponsable.
Este es un camino que compartimos ciudades muy diversas de todos los continentes y que cuenta con más de 25 años de recorrido desde la proclamación de la Carta de Ciudades Educadoras. Por ello, nos sumamos a la celebración del Día Internacional de la Ciudad Educadora con el deseo de contar cada día con el respaldo de más personas, asociaciones, empresas, instituciones, etc. trabajando con entusiasmo por una educación integral, renovada y emancipadora. E invitamos a ciudades grandes y pequeñas de todas las latitudes a unirse a esta apuesta audaz y esperanzadora de construir Ciudades más Educadoras para un mundo mejor.