Ahora más que nunca, los límites de la educación se han ampliado para dar cabida a un sinfín de ámbitos colaterales que, de una u otra manera, participan e intervienen en el necesario “crecimiento personal” de los ciudadanos y ciudadanas.
Partiendo de este planteamiento, entendemos que nuestra labor es intentar aunar consensuadamente los esfuerzos y recursos entre los diferentes servicios del Ayuntamiento, para luego extender el campo de acción y que sean las diferentes instituciones, entidades, los distintos sectores de toda la población de Mérida… los que lleguen a conseguir un planteamiento unánime en todos los aspectos de la ciudad en la que queremos vivir.
Se trata, en definitiva, de construir un PROYECTO DE CIUDAD CON UNA ÓPTICA EDUCATIVA del que todos y todas seamos corresponsables. Y por ello trabajamos en la confección de redes de participación que coordinen y aúnen esfuerzos y recursos para poder conseguir que en la realidad nuestra ciudad, Mérida, sea una CIUDAD EDUCADORA: la riqueza cultural, medioambiental e histórica del municipio, su patrimonio artístico y costumbrista, la oferta museística y de centros culturales, …, así como el inmenso capital humano con el que contamos, se aglutinen en una única oferta que supere las limitadas barreras físicas y temporales de las aulas para adentrarse, de forma permanente, en el corazón de la ciudad.
Nuestro Ayuntamiento no puede desperdiciar ninguna de las posibilidades que tiene para reunir, organizar y difundir información sobre todos aquellos recursos que podamos ofrecer a nuestros ciudadanos y ciudadanas para enriquecer, aún más, su paso por el sistema educativo.
En este sentido, venimos realizando diferentes acciones de marcado carácter educativo y cultural, propiciando siempre la colaboración con y entre diversas entidades, a diferentes niveles -local, autonómico, nacional y transfronterizo-, de manera que, bajo el paraguas de Ciudades Educadoras, vaya compartiendo y cediendo, paulatinamente, el protagonismo -que ha de estar repartido por toda la ciudad-, hasta llegar a convertirnos, únicamente, en el ENGRANAJE que propicie, provoque, facilite y conecte ese entramado de REDES DE PARTICIPACIÓN en el que se aúnen todos nuestros objetivos, esfuerzos y recursos.