El proyecto piloto vio la luz en 2016 en el edificio del Instituto Municipal de Personas con Discapacidad, entidad responsable de la experiencia, en colaboración con el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA, de las siglas en catalán) y de tres centros ocupacionales para personas con discapacidad. Actualmente, existen 5 huertos urbanos en funcionamiento en las azoteas de diferentes edificios municipales, gestionados por alrededor de 120 personas procedentes de 6 entidades sociales. Uno de estos huertos se encuentra precisamente ubicado en el edificio que acoge la sede de la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras.

Además, los excedentes de las cosechas, inicialmente pensadas para el propio consumo de los/as participantes, se entregan a colectivos vulnerables (comedores sociales, bancos de alimentos, etc.), cumpliendo también una función social, a la vez que se promueve el consumo de proximidad. Son los propios participantes quienes se encargan de realizar la donación, lo que facilita que puedan experimentar la vivencia del ciclo entero en primera persona.

El proyecto ha demostrado beneficios destacables en la calidad de vida y el desarrollo personal de las personas con discapacidad. Los huertos en la azotea se han convertido en un espacio de convivencia, de inclusión y de aprendizaje para estas personas, y al mismo tiempo, en un espacio verde que promueve la agricultura sostenible.