Las acciones presentadas por parte de las ciudades configuran un mosaico que muestra realidades diversas y distantes, cuyo nexo común es el compromiso con la Carta de Ciudades Educadoras. Las actuaciones ejemplifican cómo desde ámbitos tan diferentes como la cultura, el deporte, el urbanismo o las nuevas tecnologías, es posible contribuir al respeto mutuo, a la inclusión social, a la construcción de ciudadanía y, en definitiva, a una convivencia más armoniosa entre las personas. Cada una de las acciones va asociada a un principio de la Carta, poniendo de manifiesto los valores que promueven las ciudades firmantes.