Es muy importante sostener la conmemoración del día Internacional de la Ciudad Educadora. No para inmortalizarla un día al año, sino para darle relevancia a las voces que integran cada ciudad y reinventar cada una de ellas como una ciudad educadora.
Una ciudad educadora es aquella que construye políticas públicas para el cuidado de sus ciudadanos, especialmente los niños, niñas y los adultos mayores. Que cuida los espacios públicos como el territorio contingente y transitable, donde los ciudadanos la habitan y se reconocen en ella. Donde cada espacio físico es motivo para recuperar la historia, las biografías y la prospectiva.
Una ciudad educadora es aquella que aloja a los recién llegados, aquellos que cargan con la extranjería, deseosos de formar parte. Es aquella que se piensa para la convivencia con diversidad, generando igualdad de oportunidades para una vida en democracia y participación.
Una ciudad educadora merece ser el faro que da luz a los gobiernos locales para hacer visible la justicia, equidad, la convivencia, la erradicación de la violencia y el compromiso con los Derechos Humanos.
Por todo esto, como no conmemorar un día al año la importancia de una ciudad educadora.