José Agustín Goytisolo escribió un poema titulado El Lobito Bueno inmortalizado por la voz inequívoca de Paco Ibañez. En él se habla también de un príncipe malo, de una bruja hermosa y de un pirata honrado. Soñar el mundo al revés es la propuesta escondida en estos versos.
En la clase de gramática, aprendimos que del singular nacía el plural. La ciudad educadora, como el poeta, nos invita a pensar que del único lugar del que puede emerger el singular es del plural que forma la ciudadanía.
¿No será que si aprendemos a leer el mundo al revés empezaremos a entenderlo mejor?¿No será cierto que la responsabilidad educativa reside tanto en la ciudadanía y sus diversos modos de vivir como en los centros educativos específicos? ¿No será que si la ciudad se toma en serio su función educadora el placer por saber más no tendrá límite y la protección de lo colectivo será un verdadero objetivo en si mismo?
¿Quién sabe cuál es el derecho y el revés de la experiencia vital de aprender?