El aumento de la desigualdad social y las nuevas formas de exclusión y expulsión en la ciudad obligan cada vez más a que la política pública de atención a las personas se desarrolle desde la ética del cuidado. Las formas de aislamiento social y pobreza y la atención a las múltiples necesidades de la reproducción de la vida exigen una política desde un paradigma que priorice el bienestar de las personas y la sostenibilidad.

Los gobiernos locales tienen un papel clave en este terreno, por su posición estratégica de proximidad y conocimiento de las necesidades comunitarias. En este reto, la educación de la ciudadanía se erige como uno de los pilares fundamentales del desarrollo de una estrategia que favorezca los cuidados, evite el aislamiento social y al mismo tiempo forme a las futuras generaciones en unos nuevos valores y prioridades para garantizar la equidad social.

Este texto plantea cinco retos de la acción política a escala local para dar respuesta desde la educación a las necesidades derivadas de la desigualdad y la fragmentación social que caracteriza a las ciudades del siglo XXI. El texto se cierra con un conjunto de recomendaciones derivadas de las reflexiones realizadas para cada uno de los cinco retos.

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